La caza menor en Torre Capitán: más que una tradición, un compromiso con la biodiversidad

Un legado que se renueva con responsabilidad

En Torre Capitán, la caza menor no es un simple pasatiempo: es una práctica profundamente arraigada en nuestra historia familiar y en la gestión responsable del territorio. Desde finales del siglo XIX, cuando nuestros antepasados recorrían estos campos con escopeta y perro, hasta hoy, en pleno siglo XXI, el enfoque ha evolucionado, pero el espíritu permanece intacto: respetar la naturaleza mientras se participa activamente en su equilibrio.

Especies emblemáticas de nuestro coto

Nuestra finca, ubicada en una de las zonas rurales más ricas en biodiversidad de la región, alberga especies emblemáticas de caza menor como la perdiz roja, la liebre ibérica, la codorniz común y la tórtola europea. Estas aves y mamíferos no solo forman parte del patrimonio cinegético, sino que son indicadores clave de la salud de nuestros ecosistemas.

Perdiz roja: símbolo de un campo bien gestionado

La presencia estable de perdiz roja es, para nosotros, uno de los mayores reconocimientos a nuestro trabajo. Esta especie requiere mosaicos de cultivo, linderos con vegetación baja y ausencia de perturbaciones durante la cría. Por eso, reservamos zonas como refugios permanentes y evitamos tratamientos fitosanitarios en épocas sensibles.

Gestión cinegética basada en la ciencia

No nos guiamos por la intuición, sino por datos. Cada año, realizamos censos de fauna con técnicos especializados, analizamos tendencias poblacionales y ajustamos nuestros planes de caza en consecuencia. Este enfoque nos permite establecer cupos sostenibles que nunca comprometen la viabilidad de las especies.

Infraestructuras para la conservación

Además del control de caza, invertimos en infraestructuras que favorecen la fauna: bebederos estratégicos, nidos artificiales para perdices, zonas de cobijo con matorral autóctono y corredores ecológicos entre parcelas. Todo ello forma parte de una filosofía que entiende la caza no como una extracción, sino como una interacción sostenible con el medio.

Ética y experiencia en el campo

En Torre Capitán, seguimos recibiendo a cazadores que comparten nuestra visión: personas que valoran el silencio del amanecer, el trabajo de los perros de muestra y la ética del tiro selectivo. No buscamos récords ni trofeos, sino momentos auténticos en un entorno preservado. Por eso, limitamos el número de jornadas y exigimos un compromiso previo con nuestras normas de conducta.

Un valor social y cultural

Mantener viva esta tradición es también una forma de proteger el paisaje, el conocimiento ancestral y el tejido social del entorno rural. La caza menor, bien entendida, es una aliada de la conservación. Y en Torre Capitán, nos enorgullece ser parte de esa alianza, generación tras generación.